Camina sin fijarse en los espinos
Carmen De Jesús persevera en la música cristiana católica porque ama a Dios
Brenda Tirado-Torres La Voz Católica MIAMI - Tras alcanzar fama tanto en las tarimas de su amada Cuba como
en las de territorio americano, Dios tocó a la puerta de Carmen De Jesús Escandón y ella le dejó entrar para quedarse.
"Yo cantaba música popular, ese era mi trabajo", comparte la cantautora cubana, quien llegó a ser la exponente
más joven de la nueva trova en la Perla de las Antillas. En la década del 1970, teniendo apenas 12 años, viajaba por su Isla
con los máximos intérpretes y compositores de la trova. A tan corta edad logró el reconocimiento con el cual muchos otros
sólo podían soñar. "A los 14 años, cuando ya me escuchaba en la radio y estaba cogiendo fuerza, mi mamá
recibió el permiso para salir hacia los Estados Unidos y terminó mi carrera en la Isla", recuerda. Desde su natal Santiago
de Cuba, De Jesús se trasladó con su familia al estado de Connecticut. Allí continuó sus estudios en música, al igual que
lo hizo al llegar al sur de la Florida años más tarde. Al establecerse en Miami, la joven continuó interpretando
música popular recibiendo galardones y reconocimientos. Además "cantaba en restaurantes y cruceros y me iba muy bien",
recuerda la cantante. Jamás hubiera imaginado que su sed de fama se convertiría en una insaciable sed de Dios. Tan
ocupada estaba que ni siquiera pasaba por su mente visitar una iglesia. Pero a sus 24 años, Jesús le tocó. "Tras
un Cursillo de Cristiandad decidí dejar la música del mundo para seguir cantando al Señor", cuenta la intérprete y compositora
de Señor, Quiero Caminar. Ese mismo tema, grabado inicialmente para la producción Cristo Que Se Da, del Coro de la Arquidiócesis
de Miami, fue el que le dio a conocer como intérprete de música cristiana. El llamado fue tan fuerte y profundo
que adoptó el nombre cristiano de Carmen De Jesús no sólo para su Confirmación sino también para su vida personal y artística.
"Desde entonces, las cosas que he hecho siempre han sido para el Señor", asegura. Motivada por muchas
personas, decidió realizar una producción discográfica. Sin embargo, dada su falta de experiencia en el campo de los negocios
se vio ahogada en deudas tras dicho proyecto musical. "Le tomaba lástima a la gente y regalé muchos cassettes
por lo que no recobré el dinero que invertí", comenta. No obstante, la prolífica artista continuó "caminando en
fe" y realizó dos producciones adicionales, El Me Tocó y Vuelve A Volar. También ha dado la mano a otros compañeros artistas
al permitirles utilizar sus pistas para cantar sin que tengan que comprarlas. "Realizar una producción
profesional se las trae y es mucho dinero el que se invierte, al menos $10,000", explica De Jesús. "La letra de
la canción tiene mucho que ver, al igual que el arreglo, las voces... necesitas un ingeniero de sonido y un productor musical
que sepan lo que están haciendo. Ahora, si llega alguien que te ofrece hacer un CD por $500, no esperes una producción de
calidad", advierte. Con todo y dedicación, son muchas las tentaciones que se presentan para regresar al campo de la música
popular. Pero a pesar de las dificultades que enfrenta en su trabajo, "el Señor me mantiene en su camino, no sé como",
dice como testimonio. Actualmente asiste a la parroquia de St. Hugh, aunque también canta en la iglesia Príncipe
de Paz, ambas en Miami. Como el resto de los cantantes católicos se ha visto forzada a "tener que buscármelas aquí y
allá" para poder subsistir. Aparte de su trabajo como exponente de la música cristiana católica, también ofrece cursos
de guitarra y canta en bodas y en otros eventos religiosos. "Mi vida ha cambiado según mis experiencias
espirituales, no según mi experiencia artística", asegura. A quienes se encuentren considerando entrar como profesionales
en el campo de la música cristiana católica, tiene varias recomendaciones. "En primer lugar hay que hacerlo
para evangelizar y por amor a Dios. No es para lucirnos o para que la gente nos aplauda, sino para crecer espiritualmente",
advierte. "La primera motivación que se debe tener es el servicio al Señor para que la gente ame a Dios a través de nuestra
música". De Jesús enfatiza que los cantantes católicos deben recordar siempre que "somos un instrumento, que la
gloria no es para nosotros, que no somos el show sino que el show es Jesucristo. El centro de todo tiene que ser El".
La intérprete recomienda además que el cantante se convierta en "su peor crítico" y sepa si realmente
quiere dedicarse a ello. "No puede ponerse una venda en los ojos creyendo que canta precioso, sino que debe preguntarse
si tiene la calidad para hacerlo o si necesita clases de canto para ser lo más profesional posible. De otra manera nadie comprará
su producto", asegura. "En resumen, el consejo es que hagan un buen producto", añade con seguridad, "y
que todo lo hagan en el nombre de Dios, que siempre lo hagan para El".
|